miércoles, 15 de agosto de 2012

3 apuntes




1.
En la tele, a la hora de la cena, cinco minutos de Los sobornados (o The Big Heat) , de Fritz Lang. El momento de la explosión. Un policía investiga. Investiga demasiado. O eso dicen. Vuelve a casa. Va a salir con su mujer. (Casa unifamiliar americana y todo eso.) Antes de irse los dos, él va a ver a la niña pequeña en su habitación. La mujer va a ir arrancando el coche. (Él le pasa las llaves, ella las atrapa al vuelo, admirada complicidad, sadismo de la puesta en escena, la felicidad recordada en un gesto, para mejor quebrarla.)  Nos quedamos en la habitación, con el hombre y la niña. Ruido brutal. Fogonazo en la ventana. Él sale corriendo. A tiempo para sacar el cuerpo ya muerto del coche en llamas. Escena siguiente: oficina del comisionado, el policía enfrentado a sus superiores, está convencido de que no irán a por el verdadero culpable.

Recuerdo otra película. También un policía que investiga demasiado. Y su mujer. Y la muerte brutal de ella, muerte destinada a él. El año del dragón. Cimino. A la muerte le sigue el funeral. Entre la muerte y la pelea con los superiores: el funeral.

Pregunta: ¿no os parece que de un tiempo (los setenta) a esta parte se volvió rarísimo que a una escena como la de la muerte de la esposa del policía no le siguiesen el funeral o el entierro, en cualquier caso la ceremonia?

Quizás me equivoco, pero ¿no era la norma antes, digamos de los cincuenta para atrás, para bien o para mal, rota con acierto o sin él, la ausencia de la ceremonia? Y ¿no es la norma ahora, en los últimos, digamos, cuarenta años, para bien o para mal también, la presencia de esa ceremonia?

Planteo la pregunta. Pregunto si es una pregunta, o si me engaña la memoria. De ser cierto, ¿podría decirnos esto por qué las películas son, de ese tiempo a esta parte, diferentes, formalmente muy diferentes, otro mundo? Y ¿qué tiene que ver esto con Ford?

1bis
¿No es curioso que la crueldad de la muerte en Los sobornados venga del hecho de que es un matrimonio feliz y en El año del dragón la crueldad venga del hecho de que es un matrimonio infeliz?



2.
Volviendo a ver La Belle Noiseuse ( ya volveremos, deberíamos de volver sobre ella...): ¿existe el género "películas de castillo"?

¿Son gran parte de la películas de Rivette películas de castillo? Quiero decir: películas donde hay un castillo o casa grande, apartada, donde las reglas parecen ser otras que las del mundo exterior. ( Celine et Julie, La Belle Noiseuse, Hurlevent, Secret Défense, Marie et Julien, La bande des quatre...) Pero también películas donde hay fortalezas que tomar, como en Jeanne la pucelle,  Ne touchez pas la hache, Noroît...

¿Será porque los castillos son el lugar del secreto, de un secreto ligado a la infancia? ¿O porque los castillos invitan a montarse su propia película? ¿Qué es un castillo? No será una casa en la que pueda haber al menos una habitación ignorada, una casa donde sea posible convivir con un extraño sin poder afirmar su presencia?

¿Viene esto de Cocteau, de La Bella y la Bestia? ¿O la influencia sucede a la esencia? Es decir: ¿eso influye en Rivette porque hace visible algo que siempre había estado ahí?

 Volvemos a lo mismo, un castillo es un lugar en el que podemos convivir con un extraño sin poder confirmar su presencia. Un castillo somos nosotros mismos. Moradas interiores, habitaciones desconocidas. Al final de La Belle Noiseuse el cuadro le hace visible a Marianne la extraña que en ella misma vivía sin que alcanzase nunca a verla, apenas a sospecharla.

2 bis
La Belle Noiseuse es una película de varios géneros. Película de pintura. Película de cuatro horas. Todo eso son géneros, con reglas a respetar o saltarse.
¿Qué más películas de castillos podríais decirme ahora? Quizás nombrando unas cuantas empezase a verlo más claro.



3.
Revisión de Historias de Filadelfia. Para animarme. Y creo que siempre sucede lo mismo. Al poco de empezar ponerme a pensar: no es tan buena, la recordaba mucho mejor. Y luego empezar a subir la película. A subir no, a despegar. Y cuando uno quiere darse cuenta, más o menos cuando llega el momento de la borrachera, uno está en el aire. Ha perdido pie. Tira recto hacia el cielo.

En realidad: primera secuencia ingeniosa, para que uno no desconecte, y después lenta exposición, lentos errores de los personajes sobre sí mismos y sobre los demás. Se ponen máscaras que de nada sirven, al fin y al cabo ya estaban enmascarados. Máscara sobre máscara. Máscara para esconder la máscara.

¿Para qué tanta máscara? Para una a una ir quitándolas y perder la cuenta, y quitar finalmente las que estaban ahí desde el principio,las máscaras de debajo de las máscaras, las que parecía que estaban ahí para siempre.

Como era tiempo de olimpiadas pensé: Cukor viene desde atrás, Cukor parece que se va a quedar tirado, que va a llegar el último, pero en realidad se está armando de paciencia, está cogiendo ritmo, y cuando queramos darnos cuenta nos habrá adelantado a todos y no nos quedará más que admirar su estela.

Elogio de la paciencia: ¿cuantas películas hoy en día se pueden permitir esa paciencia? ¿Cuantas se desfogan desde el primer momento para ocultar que no tenían fuerzas para llegar hasta el final?

Vale, suena pesado decir eso de las películas de hoy en día, pero probad a hablarle a un productor de una película que apuesta por ir a más, de menos a más.

3 bis
Borracheras. Quizás las escenas de borracheras se puedan dividir en dos categorías. Las borracheras de bebedores habituales (Ford, Ozu, Hong, casi todos los grandes cineastas del alcohol), y las borracheras de  bebedores no habituales. Las borracheras excepcionales y reveladoras, las que no confirman al personaje en lo que es sino que hace surgir facetas insospechadas de su personalidad. A desarrollar.



4.
...Invalidada sea la estética de las obras; quede la de sus diversos momentos. De cualquier modo, que ésta preceda a aquélla, y la justifique.
La literatura es fundamentalmente un hecho sintáctico. Es accidental, lineal, esporádica y de lo más común.

Borges, Elementos de preceptiva